Una primera pregunta surge del título de la ponencia: ¿en qué medida puede relacionarse el discurso del odio con la actual crisis medioambiental que vivimos? El presente trabajo trata de ofrecer una respuesta a esta cuestión partiendo de la realidad de que la ecología y el cuidado de la naturaleza es una realidad que no puede disociarse de la persona y sus derechos. La historia se convierte en maestra a la hora de mostrarnos cómo numerosas culturas han sido abolidas no solo por ansias de conquista y de poder, sino por consideraciones vinculadas a cuestiones de inferioridad racial, religiosa o ideológica.
El holocausto nazi o el genocidio en Ruanda de los Hutu sobre los Tutsi son solo dos ejemplos marcados por un discurso del odio fundamentado en una ideología de supremacía de una cultura o creencia considerada superior a otra. Cuando la identidad de un pueblo va íntimamente ligada a la pertenencia a un entorno natural, el discurso del odio y la conciencia de superioridad van asociados, generalmente, al expolio y el despojo de la tierra.
A lo largo del desarrollo de esta ponencia vamos a profundizar sobre las bases teóricas del discurso del odio para, una vez fijadas, reflexionar sobre la posibilidad de su aplicación a un caso práctico concreto: la población indígena de la amazonia y las consecuencias ecológicas derivadas del mismo.
Persona y tierra son realidades íntimamente unidas en el caso de la población indígena, dos caras de una misma moneda, ya que allí donde la tierra y el entorno natural se convierten en “casa” y medio de vida, como es este caso, la violación de cualquiera de ellas se convierte en la destrucción de la otra. El pueblo indígena ha sido considerado, por amplios sectores de la cultura de occidente, como inferior en sus valores, su cultura y sus tradiciones, y esta realidad ha favorecido que, el no respeto por la persona diera lugar a un desprecio por su modo de vida y por su entorno.
El atroz proceso de “ataque ecológico” a la rica biodiversidad del basto territorio de la amazonia es indicio claro, no solo de intereses económicos y de poder, sino de desprecio hacia un pueblo como el indígena, vilipendiado por un discurso del odio que, orientado hacia los más pobres de la tierra, ha llevado a filósofos y pensadores como Adela Cortina a acuñar un término fiel reflejo de esta realidad: la aporofobia. El discurso de rechazo al pobre, a sus tradiciones, a su medio de vida y a su entorno puede ser considerado como el punto de partida para justificar una cultura del descarte, donde persona y medio ambiente son sometidos al imperio del desarrollo y la sociedad del bienestar.
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Raquel Paulina Arce Negrete
Comentó el 23/12/2021 a las 19:21:11
Es interesante su temática, en general cuando se habla de discursos de odio, puesto que estos tienden a asociarse con digamos tópicos más de naturaleza segregacional (entre "razas") y no directamente a crisis como la "ecologica", ha despertado una interesante vertiente en el pensamiento, así que "kudos" en esta labor. En ese sentido, esperando no salirme de la idea, hago la siguiente pregunta ¿en qué momento diría usted que un ideal de identidad social se transforma en un discurso de odio? a lo mejor suena tonta la premisa, pero espero que la respuesta vaya más allá de decir "en el momento en el que nos sentimos superiores", puesto que la comparación y el situarse en una fila donde se ocupa "x" lugar pareciera ser parte de la naturaleza inherente humana. Nuevamente, gracias por su ponencia ha sido muy llamativa.
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Jorge Salinas Mengual
Comentó el 24/12/2021 a las 13:32:54
Muchas gracias por su pregunta. El tema que abordo en concreto en mi ponencia, que es el discurso de odio hacia los pobres, tiene una especificidad propia respecto del discurso del odio en general. Considero que, en ese caso concreto, el odio hacia el pobre puede tener mucho de innato, y también parte de influencia social y cultural, que como sabe configura en muchos aspectos de la vida nuestra personalidad. La filósofa que acuñó el término "aporofobia", Adela cortina, llega a hablar de un origen biológico y evolutivo, a nivel cerebral, de esa tendencia a rechazar al pobre. No sé si puede llegarse tan lejos, pero de lo que no cabe duda es que en la sociedad se da una cierta "esquizofrenia" conductual, es decir, mientras que en Declaraciones de derechos, en Tratados internacionales y en las leyes de numerosos países se acuñan conceptos jurídicos que tienden a proteger la igualdad, la sociedad, asumiendo como beneficiosa esta realidad, sin embargo, en la práctica obra de manera diferente. Estimo que ese discurso de odio no está fundamentado tanto en la dimensión de superioridad de un grupo frente a otro, sino en el rechazo, porque molesta, de gran parte de la sociedad frente a los pobres, rechazo que tiene bastante de innato, y mucho de un pensamiento único que se está construyendo en torno a las sociedades del bienestar.
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María Alicia Esquivel Elías
Comentó el 14/12/2021 a las 20:05:02
Excelente día, Jorge.
Me parece muy interesante la manera en que abordó el tema, dejándonos claro cómo la sed de poder puede destruir culturas enteras. Ojalá que atrocidades como las acontecidas en el último siglo no se vuelvan a repetir en la tensión global actual climática y económica. Tengo la siguiente pregunta: yo, como joven estudiante ¿qué puedo llevar a cabo a nivel ideológico y académico para apoyar la protección del medio natural de los grupos vulnerables en latinoamérica?
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Jorge Salinas Mengual
Comentó el 24/12/2021 a las 13:38:02
Muchas gracias por su pregunta. No creo que exista una fórmula mágica para solucionar un problema tan grave y que considero no solo estructural, sino también asociado a un modelo de vida que potencia las actitudes egoístas, en función del bienestar social y económico. Es por ello que considero que la lucha por la justicia y la igualdad ha de seguir el cauce de la concienciación y la solidaridad. No se trata de cambiar ya, sino de aportar lo poco que cada uno pueda para mejorar la situación. Dar voz, a los que no la tienen, y visibilidad a los que se quiere invisibilizar, ya es una respuesta valiosa frente a esta crisis ecológica y humana que nos toca vivir.
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Liliana Formento
Comentó el 14/12/2021 a las 02:25:31
Estimado Jorge Salinas, un saludo desde Argentina. Gracias por presentar parte de tan sugestiva reflexión. Nos preguntamos acerca de la posibilidad de situar "la existencia de discursos del odio" citando a sujetos, actores o protagonistas que concreticen acciones que propicien esas practicas para con la naturaleza. Ese punto posibilitaría superar la teorización y reflexionar sobre discursos, marcos legales, incitaciones... y praxis entre las que se encuentran actividades de extractivistas como la megaminería, deforestacion y tantas otras.... Muchas gracias.
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Jorge Salinas Mengual
Comentó el 14/12/2021 a las 09:15:35
Estimada Liliana, muchas gracias por tu comentario y por tan interesante pregunta. La ponencia gira no en relación con el discurso del odio contra la naturaleza en sí misma, sino cómo el discurso del odio hacia el pobre, instalado en la mente de la sociedad del bienestar, un discurso que no necesita en muchas ocasiones de ser expresado en palabras, y que se convierte en causa que justifica la desprotección de la naturaleza. Lo que se sugiere es fundamentar los derechos humanos sobre la dignidad de la persona, a fin de que tengan la base sólida necesaria para que puedan ser defendidos, tanto a nivel nacional e internacional, de una manera eficiente frente a actividades de terceros, entre las que pueden citarse las actuaciones de grandes empresas multinacionales que, movidas por motivaciones exclusivamente económicas, violentan no solo los derechos de los más necesitados, sino que también deterioran el medio ambiente, casa común de toda la humanidad. La consecuencia de esta defensa de la dignidad, como fundamento de los derechos humanos, será posibilitar el respeto del medio ambiente, que en el caso que trato más concretamente, la Amazonia, se convierte no solo en el modo y medio de vida de los pueblos indígenas, sino en el ámbito donde se configura su desarrollo cultural y social.
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Manuel Alejandro Serra Pérez
Comentó el 13/12/2021 a las 18:40:36
Estimado Jorge, felicidades por tu sugestiva ponencia. Mi pregunta es: ¿cuál sería el marco jurídico adecuado para proteger la universalidad que todo ser humano tiene a defender sus costumbres, su tierra y su idiosincrasia, desde una perspectiva netamente natural? El objetivo que planteo es indagar sobre qué elemento falta en el actual ordenamiento jurídico internacional para que se tomen en serio esta cuestión que plantea en su conferencia. Cuál falta, o cuál se ha dejado de lado. Gracias nuevamente.
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Jorge Salinas Mengual
Comentó el 13/12/2021 a las 19:08:07
Estimado Manuel Alejandro,
considero que el verdadero problema de la ecología es que se ha vinculado exclusivamente al orden de la naturaleza. Lo que en la ponencia sugiero es la necesidad de abordar esta temática íntimamente vinculada al ámbito de los derechos humanos. Desde mi punto de vista, el fundamento jurídico a nivel internacional que garantizaría la defensa del medio ambiente sería el concepto de dignidad, concepto que ha de fundamentar la existencia humana y el ámbito de sus derechos, lo que implicaría la defensa de la naturaleza como un todo junto a la persona.
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Edith Gamboa Saavedra
Comentó el 13/12/2021 a las 17:20:44
Estimado Jorge Salinas, un saludo cordial desde Colombia, muchas gracias por presentar parte de la investigación.
¿Cómo se puede afirmar o no acerca de la existencia de discursos del odio para con la naturaleza? Te agradezco mucho
Edith
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Jorge Salinas Mengual
Comentó el 13/12/2021 a las 18:58:21
Hola Edith,
no creo que exista realmente un discurso del odio contra la naturaleza. Además, el discurso del odio va dirigido de manera particular contra grupos concretos, con unas características identitarias muy definidas. Lo que en la ponencia trato de desarrollar es cómo un tipo concreto de discurso de odio, el que se orienta en contra de los más pobres, y al que se le ha denominado en fechas recientes como aporofobia, puede estar íntimamente ligado a la violación del medio ambiente. Como solución a esta problemática se sugiere fomentar lo que se conoce como ecología integral, donde la ecología de la naturaleza y la "ecología humana" (los derechos humanos) fueran dos caras de una misma moneda, es decir, que no se concibiera una ecología sin la otra.
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Jorge Salinas Mengual
Comentó el 13/12/2021 a las 12:20:57
De nada y mucho ánimo con su investigación.
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Celia Prados García
Comentó el 13/12/2021 a las 08:08:44
Profesor Salinas, desde el Ministerio de Interior comienza a trabajarse, tímidamente, en la prevención de los delitos de odio. ¿Plantearía propuestas específicas a nivel internacional para la prevención de la aporofobia?
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Jorge Salinas Mengual
Comentó el 13/12/2021 a las 10:15:12
Hola Celia, muchas gracias por tu aportación.
Bien sabes lo difícil que es intentar fomentar políticas efectivas a nivel internacional. En cualquier caso entiendo que lo primero que habría que hacer, a la luz de los acontecimientos históricos que han devenido desde la aprobación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de la ONU, sería intentar conseguir una fundamentación de esos mismos derechos en la dignidad de toda persona humana. Sólo si se consigue superar la conciencia presente en amplios sectores de la sociedad entre ciudadanos de primera y de segunda, se podrá luchar por los derechos de los más desfavorecidos. Por tanto, mas que propuestas específicas plantearía un debate antropológico profundo a nivel internacional, a fin de elevar la categoría de dignidad de la persona a fundamento raíz de los Derechos humanos.
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Celia Prados García
Comentó el 13/12/2021 a las 12:12:23
Muchas gracias y mis felicitaciones por su contribución. Estoy trabajando en algunas propuestas desde las universidades para prevenir la disfobia y me llevó a nuevas reflexiones.
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